Mientras unos pescadores faenaban en la Laguna de San Vicente, se les apareció un ser acuático extraño, con apariencia humana. Cuando se acercaron a él para ver de qué se trataba, desapareció. La insólita aparición se repitió por varios días, hasta que finalmente pudieron atraparle, cebándole con pedazos de pan y cercándole con las redes.
Cuando lo subieron a cubierta comprobaron con asombro que el extraño ser era un hombre joven, corpulento, de tez pálida y cabello rojizo y ralo; las únicas particularidades eran una cinta de escamas que le descendía de la garganta hasta el estómago, otra que le cubría todo el espinazo, y unas uñas gastadas, como corroídas por el salitre.
Los pescadores se comunicaron con Los Investigadores “The Researchers” y ellos llevaron al extraño sujeto a Mundo Marino, donde, le interrogaron en varios idiomas sin obtener de él respuesta alguna.
Era dócil y servicial; si se le mandaba algún recado lo cumplía con puntualidad, pero jamás mostraba entusiasmo por nada. Un buen día, desapareció y regreso a la laguna sin que se supiera nunca más de él.
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